domingo, octubre 23, 2011

Y siendo eres (23.10.11)

Bueno y de nuevo delante de las letras. Que sensación, que desenfreno y la música que habla de las 3 AM cuando aquí son las 5:50. Es lo que tiene. Y así, y tantas que de nuevo otras veces son estas.

¿Quizás sea el destino sabes?. No sé, sigue siendo así, que es una carrera la vida donde puedes correr y correr y llegar a todos y ningún lado. Es como una persona en la eterna idiosincrasia donde no es solo ser y no ser, también es brillar. Espérate que ahora en la canción son las 5 PM... -joder como corre el tiempo jajaja!-

Pero mira, lo importante, sigue siendo que hay tantas cosas que disfrutar... Plantéalo, plantéalo.... al final lo sabes, te frena lo mismo, es, son las ganas de hacer, las ganas de hacer lo que te empuja. Tu freno el miedo al que dirán, asúmelo, asúmelo, que no lo digo yo, lo piensas tú.

Si es que es lo mismo, y lo mejor es asumirlo, supongo otros lo hacen, pero 
¿y tú? Qué vida solo hay una, tópico, tópico. Lo importante es pasar de él, pasar más allá de él, atravesarlo como Bastian el espejo en la historia interminable, más allá, más allá.

Todo, repito todo, y así siendo siempre lo que somos que seamos siendo siempre cuando nunca digamos que aquello que queremos porque somos de lo que nunca negamos. Y porque nunca negamos que somos de todo aquello que decimos que hacemos. Hazlo, hazlo.

Sigue, sigue que puedes, puedes y si quieres, pero no me lo niegues, porque es lo que es, y eres lo que quieres. Sube ahora, porque toca, y todo te lleva y las señales son miles. Niega, niega, porque no puedes lucharlo, o es que no quieres. 
¿Quieres?

De verdad y de nuevo, porque sabes que sabes que aquello que quieres y como de muchos de aquellos que cuando porque donde de esto y nunca de nada. Porque las palabras son la libertad que buscas donde dices lo que haces que dices que haces que quieres que diga que dices que nunca que donde que ya.

Y déjate llevar, que no es difícil que es fácil que sea lo que sea seguro que vale.

Esto es lo nuevo 
¿sabes?, que demasiada gente se pierde en buscar algo que ya tienen. No lo ven no obstante, porque se empeñan en mirar si otros encontraron algo que tenga sentido para consigo mismos en esta tesitura de pensamiento.

Vuela, libra, salta, nada, mójate, déjate penetrar por el ocaso de aquellas cosas que pudiendo ser sean o no. La irrealidad es tan real como tu quieras.

Y de nuevo son las 5 PM en la canción -será que me repito o 
¿busco siempre lo mismo?- y sigue siendo distinto. Rompe el cuadro, sal de dentro, remuévete, busca, busca, solo dentro se encuentra lo que nunca esta fuera. Desde y hacia y por aquello que se busca pero donde de como de esto de aquello que sí que no pero y no obstante sal de ahí. Y remueve y busca y vuelve pero nunca porque no, que sí que no, ya sabes.

Volvería, volvería sin duda, porque jamás podrás negarme que esto es genialidad, nunca pesadumbre.

Rompe de veras, di lo que piensas, plantéalo del revés, revuelve la vuelta del medio del camino del en medio de lo que no sabes que tiene otra cara que puede ser pero nunca vista desde el otro lado del espejo.

Es una historia bonita no obstante, porque la vicisitud de las maneras en las que se contempla aquello que se plantea desde la iniluminable iridiscencia de la plausibilidad subyace acompañado de sinecuan planteamiento.

Nunca y quizás como no -porque tanto es a menos de lejos- que seriase que por donde de lo que menos se apesadumbra el ser dicho que no decir.

No niegues, no niegues, que puedes volar en un sin fin de raudos recuerdos pasado a través del prisma de una radiante pero inesperada ráfaga de prismáticos flashes.

Son, pero y ya tanto y no vuelvas mas ya. Que no, aventúrate, que no te frene el desenfreno de aquello que siendo sigue plausible en el recuerdo no dado a permitir nuevas experiencias.

Salta, corre, vuela; llueva, nieve; caiga. Levántate luego ayer, que ya me desperté mañana. Combina aquello que es sólido con los fragmentos de aquello que ya se rompió. Desdibuja el fiel recuerdo de los fragmentos de la ulterior imagen. Genializa en la esperanza, ratifica lo inamovible, rompe la verdad, reniega del engaño.

Todo, y más vueltas, que más que nunca y donde pero porque no. Sigue siendo, sigue queriendo, rebusca, compra y no vendas porque es gratis, no tiene precio.

Desde luego es posible que navegues por rumbo fijo donde derivas en tu miedo. No existes, solo eres, nada quieres. Solo decides, nada promueves, solo entretienes. Y que no te pare, ya dejaste. Que no te mueva, ya estas no quieto, ya devuelves, nada mueves, nada cambias ya. Ya.

Sigue, sigue, sigue, paradoja, no se deja, no abandones, no propongas, nada dejes, nunca quieras, no te dejes, no esperes, ilusiona.

Fascina, en el marco de la distancia a aquello que debería ser planteado. Que no es sino la imposibilidad de plantearse el marco de la irrealidad de aquello que deberíamos de plantearnos no plantear. Porque sabemos - o deberíamos saber- que ya sabemos lo que necesitamos saber y que imposible que lo sepamos todo porque no existe respuesta a semejantes cosas. Y te planteas - me planteo- pero déjalo de lado.

Tampoco caigas, no te cebes, ya es bastante. Si va a venir dado, y aun así persevera, porque no puedes evitarlo. Subyace, repta, claudica, induce, promueve en la anodina irrealidad de la implausible inesperanza de la efímera e inenterna realidad que te es - eres- participe la inherente fatualidad de la implícita relación de tu ser con la mísera inecuación de una imposible respuesta.

No creas, pero asevera. No mientas, pero contradice. No caigas, pero levanta. No sigas, pero no pares. No seas, pero piensa. No tires ese dado, el número ya ha salido.

Y esa es la imposible genialidad de aquello que se edicta como maestría en sí mismo. Hagas lo que hagas ganas, porque hagas lo que hagas pierdes. Solo se vive una vez, solo estas vivo ahora, no estás en la nada, estas y como nada es mejor que todo, todo lo que hagas es mejor que nada. Eres un genio, lo eres, nada puede pararte, hagas lo que hagas, vives, eres un maestro.

Y de lo demás, de los demás, que tan abrigados por la ropa que no pueden perder, por el desarraigo de aquellos que comprenden y subyacen y de los que yacen donde sus miedos no les pervierten, déjales, déjate.

Que ellos siguen lo mismo, que no son iguales. Porque no son diferentes en su eterna dicotomía, donde todo es y saben que nada en el fondo. Porque no tienen miedo en su eterna seguridad, porque son genios en su seguridad, porque saben que no lo saben, porque no dudan de que dudan.

Y yo me despido, que es por un día, que quizás sea eterno, luego llegue alguien y me interprete, que es lo que tiene, pero mira, si el mensaje no está claro, si dudas, si no comprendes, si tienes preguntas, yo me doy por contento, no las diga no obstante, que ya se estila el llevarlas por dentro; otro genio estará muerto.

Quizás sea tiempo, quizás será gracia, pero no me lo niegues, es pura falacia. Cuantos de muchos, pocos de estos, que habrán llegado a penetrar en tu conocimiento. Séalo uno de pocos, promueva o deduzcas por más que lo piense, piedras rojas, parduscas.

Di lo que quieras, no deduzcas, revuelve, levanta, abandona lo que buscas. No te rindas, sufre, sangra, ríe; abruscas. Realidades posibles sean y por ser que se quede, que tú ya eres; no sufras.

domingo, abril 24, 2011

Entre sombras de colores (24.04.11)


Y un sinfín de novedades, y como siempre el contexto que no atrapa y encarcela. De la desdicha lo plausible y de lo plausible lo cómodo, que si bien ninguno es víctima todos somos culpables.

Que por decirte te diría – quizás así sea más fácil – que en esto nadie se equivoca y ningúno tiene razón – si a razón atenemos.

En lo cómodo viene lo fácil y desde un lugar sombrío el eterno alguacil es la esperanza que vislumbra desde cómodas alturas azul horizonte. Perpetuo fue el error de una primera quedada de más a menos y de sombras que se alargan. Pues el pretexto era vano, las señales apuntaban sur y a pesar de ello fui decidido y raudo hacia la esperanza – la de encontrar aquello que me buscaba.

Caí en el juicio de lo mundano e igualmente valido, y los pretextos como imágenes cayeron envenenados al vislumbrar que la realidad cobra rostro y fuerza real y cierne matiz al imaginario. Lo cibernético se apesadumbra y se cierne el matiz de lo que uno sospecha – no es tan guapa como pensaba, no esta tan buena – pero la ilusión persevera.

En una habitación de hotel conmigo y mi circunstancia tuvo disputa regida el asombro y la pesadumbre. Como dos serpientes entrelazadas a medio caballo era sinecuan la retirada. Pero detrás solo había pared psicológica; decidí mirar al espejo para ampliar el espacio de mi certidumbre; dando cabida cuanto menos al aspecto de lo plausible. La esperanza paso de ser un quizás a vagar en el reino de lo factible. Porque factuos es eterna esperanza, y la salida más fácil es siempre hacia adelante; adelante.

En el post se fraguo la tragedia de la impotencia en su sentido retorico. Como cubo que uno sube y se vuelca consabido y en aras de un paraguas que nunca aparece. Y se decide ser acuático pues ello ofrece impermeabilidad por sistema aun y cuando imposible se vuelve factuos: hacia delante.


Y mucho más adelante, tras un año y medio de plausibles e imposibles, tenues momentos de autoestima ajena, de sinceridad en lo espartano, de insulto en lo ajeno, de búsqueda perpetúa. O quizás de lo que se perpetua de la búsqueda. Lo fácil hubiera sido lo difícil y así lo sencillo era imaginar lo imposible, pues con ello nuevas cotas a salvar, nuevo tiempo que ganar y el espejo que ya solo existía en nuestras cabezas, los dos jugando a un juego imposible, los dos de cara a la nada y el todo de vernos en el espejo de detrás nuestro. Sabíamos que estábamos ahí, pero éramos incapaces de mirarnos a los ojos; teníamos miedo de vernos a nosotros mismos reflejados, teníamos miedo de ser conscientes de los hechos. Lo fácil era negar el contexto.

Y como roto en oleadas la marea de la sinuosidad aterciopelada de sutiles fonemas que no hacia más sino que desdibujar la telaraña de lo mundano. En una entelequia de lo plausible donde yo iba y tu venias, tu venias y yo me iba, donde sucedía lo que nunca ocurre, donde ocurre lo que nunca pasa, donde pasa lo que nunca sucede. Y el mar repliega sus ansias, y nosotros contracorriente aguantamos la madeja, porque cuan somos, como de aquello.

Debimos, y quizás más yo que tú ya que siempre lo tuve tan claro. Y quizás tu más que yo ya que nunca hablaste claro. Y quizás ninguno si yo no hubiera empezado. Y ese es el reproche, la insoportable levedad del ser, que uno busca ser y ligero cuando las penas pesan tanto. Y uno busca reír y que no se lo lleve el viento. Y Destino de nuevo escrito en la arena cuando en el fondo no significaba nada. Y el caleidoscopio que gira y dibuja en tu fuero, desde la óptica de lo interno, sombras de colores.


Y mil y dos noches después, como si nos hubiéramos pasado nos descubrimos una vez más a medio caballo de la verdad y la mentira, de lo que queremos y de lo que queremos creer. El espejo oblicuo ya de tanto mirarlo, y los albores del terremoto que sacude nuestra realidad; un gran tsunami se acerca.


- Aquella noche, aquella gente, tu que no vienes, yo que me voy, tu que llegas luego, yo ya me ido, tú te conformas y yo ya vuelo  

Cuando aterrizo todo son mentiras, lo mío es un juego, lo tuyo por dentro. Y los demás juzgan, hoy lo comento. Y así me veo, que no escarmiento.  Yo ya no juego porque no acierto.


Y un sinfín de vaguedades, y como siempre el talento que esconde la arandela. De la fortuna lo imposible y de lo imposible lo fantástico, que si bien nada es real, todo son realidades.